Covid-19: la bolsa o la vida

Después de varios meses de pandemia, lo podemos contar como personas y como empresa. Por eso, en estos momentos dramáticos, de confusión e incertidumbre, queremos tener un recuerdo cálido por los que han fallecido y por las empresas, autónomos y empleados que se han visto de imprevisto en una situación crítica. Para todos ellos, nuestros mejores deseos.

La vida de las personas y la vida de la actividad laboral por delante. Esta catástrofe debería servirnos para reconsiderar muchas facetas de nuestras vidas y tomar consciencia de lo frágil que es la vida y, al mismo tiempo, tal vez por eso, un maravilloso regalo. Valoremos la vida.

Desde nuestra modesta posición, apelamos a la consciencia y responsabilidad de la gente para cuidarse concienzudamente y cuidar de los demás como se cuida uno así mismo. Nada más gratificante que cuidarse y cuidar a los demás. Si no se cuida al prójimo, tampoco se cuida uno a sí mismo. Ha quedado más claro que nunca: todos dependemos de todos.

Vienen tiempos difíciles para personas, familias y empresas. Hay que ser consciente de ello y que cada uno desarrolle lo mejor de si mismo para cuidar y favorecer la vida y la actividad laboral para que a nadie le falte lo necesario.

Nuestros mejores deseos para todo el mundo.

Joan Estapé.

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