Remedios caseros y naturales
Pertenezco a una generación que fundamentalmente se desarrolló y sobrevivió con los cuidados naturales y el reposo. Las medicinas se tomaban de tarde en tarde y cuando no había más remedio. Mientras, se recurría a las deliciosas infusiones que se preparaban con hierbas, recogidas en su debido momento, y al reposo. Entonces y aún ahora conservo las sensaciones de la convalecencia, que prácticamente ha desaparecido de nuestras apresuradas vidas. La convalecencia, que significaba que el cuerpo entraba ya en la fase de recuperación definitiva, dejaba atrás el sufrimiento agónico y aseguraba unos días más sin ir a la escuela: una combinación muy agradable. Hoy, admitámoslo, la prisa nos tiene fritos. Los remedios caseros y la convalecencia nos hablan de una época en la que el tiempo transcurría lento, con una lentitud casi exasperante. La enfermedad, las dolencias, todo en nuestro día a día, se tomaba su tiempo.